Vivir

Desde el primer día, el profeta se dio cuenta de que algunos novicios estaban anclados en sus heridas del pasado; otros tenían miedo del futuro. En la esquina les dijo: «No puedo pasadarme ni futurarme, sólo puedo presentarme.» Entonces les contaba sobre un niño que, cuando su profesora le preguntó qué quería ser de mayor, contestó: «Ser vivo.»

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas