Arrebato de fulgor

Contaba el profeta en la esquina:
«Enloquecido, Dios danzaba y tiraba confeti a diestra y siniestra, convirtiéndolos en coloridas estrellas. ¿Había perdido su omnipotencia? ¡No podía dejar de amar!»

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas