Contra-confesión
En el acto penitencial, al profeta le gustaba rezar: «Yo confieso ante Dios, todoamoroso, y ante ustedes, hermanos, que Cristo ha amado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por su culpa, por su culpa, por su gran culpa, he conocido el amor. Por eso ruego a santa María siempre virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, todoamante, para amar como Cristo, todoamable.»