Inquietud

El profeta asistió con los novicios a un retiro en una parroquia. Una señora daba su testimonio: «Desde que conocí al Señor, la tranquilidad ha vuelto a mi vida. Él me ha dado toda la paz del mundo.» El profeta, con aire travieso, musitó a los novicios: «Mi caso fue al revés: mi vida estaba muy tranquila hasta que empecé a conocer a Cristo. Él me dejó intranquilo.»

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas