Vida

En su cautiverio, presintiendo que su hora estaba próxima, el profeta oraba así: «Señor Jesús, te he entregado mi vida tantas veces, que me parece un contrasentido decirte ahora: “Te doy mi vida”. Mejor te digo: “Te doy tu vida”».

“Plenificar”

El oficial que interrogaba al profeta no lograba hacerle cambiar de opinión. Le quiso vender una idea: «Si dejas de hablar, te soltaremos, te dejaremos tranquilo, y hasta te podemos ofrecer un buen plan de vida». El profeta lo ignoró, sólo se le oyó rezar: «Papá, ¿un plan para mi vida? No quiero planificarla, prefiero “plenificarla”».

Santo

El profeta fue secuestrado por orden del dictador. En la pesquisa, un oficial lo cuestionó: «Dice la gente del pueblo que eres un santo. ¿Qué opinas de eso?» Mirándole a los ojos, el profeta respondió: «¿Qué tiene eso de extraordinario? Tú también deberías ser santo, porque para eso te creó Dios. Si no llegas a santo, habrás fracasado.»

De paso

El profeta envió una carta al dictador: «Amontonar riquezas a costa del pueblo es una criminal estupidez. Estamos en tránsito en un viaje del Cielo al Cielo con una pequeña escala en la tierra. No acá parar, no acaparar.»

No es lo mismo

Un general, aunque asistía semanalmente a la misa, tenía fama de abusos cometidos. Ante una denuncia del profeta, el general manifestó: «Ustedes creen que tienen el monopolio de Dios, pero yo también estoy agarrado de Cristo y tengo al Espíritu Santo.» Le respondió el profeta: «No estoy agarrado de Cristo, porque es él quien me tiene agarrado… ¿El Espíritu Santo te tiene a ti?»

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas