Misericordia

Atormentado por sus pecados, un novicio lloraba en el confesionario, sin atreverse a levantar su rostro. El profeta le pasó un pañuelo, asegurándole: «Primero te cansarás de pecar, antes de que Dios se canse de amarte.»

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas