Pastel

Celebraban el cumpleaños de un novicio. Todos se reunieron en la esquina para partir el pastel. Uno de ellos oró con sentido del humor: «Señor, te bendecimos y te alabamos, pero por favor: que no vengan más que los que estamos.» Riéndose, el profeta aclaró: «El amor de Dios no es como un pastel que disminuye mientras más se reparte. Al contrario: a cada uno, Dios le regala un pastel completo de su amor.»

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas