Su “único” Evangelio

Se cuenta de un grupo de campesinos analfabetos que cada domingo invitaba al profeta a su aldea a saborear un café. Así tenían la oportunidad de “leer” el Evangelio: contemplando la vida del profeta.

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas