Sin entender

Al término de un retiro espiritual de jóvenes en un fin de semana, una chica, impresionada, dijo al profeta: «¡Ahora sí entiendo todo el amor que Dios tiene para mí!» El profeta la felicitó: «¡Congratulaciones! ¡Nunca he entendido el amor de Dios! He terminado aceptándolo sin entender… Por cierto, no es que Dios tiene amor, más bien: ¡Dios es amor!» La muchacha quedaba más boquiabierta aún.

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas