Amor

Con motivo de la Semana Santa, invitaron al profeta a la catedral, para dar una conferencia sobre el amor de Dios. Cuando llegó, lanzó una invitación: «Contemplen este crucifijo por treinta minutos.» Se sentó, y todos quedaron contemplando en silencio. Media hora después, el profeta se levantó y se despidió, dando por terminada su conferencia.

La esquina del profeta

La esquina del profeta
Creo en el Espíritu Santo... que habló por los profetas