Homilía minifalda
Un grupo de presbíteros invitó al profeta a una catequesis sobre homilética. Su breve enseñanza fue catalogada, por algunos, de poco “espiritual”: «Una buena predicación es como una buena minifalda: Llama la atención por ser impactante, es provocativa, es corta, enseña mucho, cubre lo esencial, deja lugar para la imaginación y hace que uno desee más.» Cabe decir que otros lo felicitaron.