Milagros
Vieron en la avenida un enorme cartel publicitando una «Cruzada de milagros» con un famoso predicador. El profeta llevó a dos novicios al mar, a mirar el atardecer con las gaviotas. Como si fuera un maestro de ceremonias, les presentó: «¡Con ustedes, esta maravillosa cruzada de milagros!». Al final, un novicio propuso: «Vayamos mañana a contemplar otra cruzada de milagros: ¡mi hermana dará a luz!».